domingo, 9 de marzo de 2014

Actividad 5.1: Dimensiones socio-familiares más importantes que influyen en el rendimiento escolar.

A lo largo de la historia el fracaso escolar ha sido un tema muy investigado y tratado por diversos autores y revistas científicas. Con el fracaso escolar, también se han relacionado otros temas como, por ejemplo, las dimensiones que afectan al rendimiento escolar. Precisamente en esto último, es en lo que voy a centrarme.



Antes de comenzar, quiero justificar la selección de las fuentes que he utilizado y que están nombradas al final en la bibliografía.
Las teorías de la reproducción y los clásicos estudios de Coleman et al. (1966) sobre la igualdad de oportunidades en la educación han sido relevantes en el mundo educativo. Con un fuerte impacto justificado por sus múltiples citas bibliográficas, y comprobado en su aparición en la bibliografía de las dos principales lecturas necesarias (o, al menos, recomendables) para comprender mejor la presente reflexión.
Según DICE (Disfusión y Calidad Editorial de las Revistas de Humanidades y CCSS y Jurídicas), la revista Psicothema (también tiene una edición electrónica) posee, con un 36, una alta valoración de su difusión internacional. La internacionalidad de sus contribuciones es de un 30’67 % lo que entra dentro de la categoría media y a tan solo un 1’5 % de la categoría alta. Cat Carhus la clasifica dentro de su grupo B (grupo medio) y, además, está revista está disponible en numerosas bases de datos como Scopus, SSCI, ISOC…
Por su parte, Javier Gil Flores es catedrático de la Universidad de Sevilla (España) donde trabaja en el departamento de Métodos de Investigación y diagnóstico en Educación.
También tenemos a Álvaro Marchesi que fue catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Universidad Complutense de Madrid (España), fue profesor de las Universidades Autónoma de Madrid, La Laguna y Salamanca, y, también, fue  Director General y Secretario de Estado de Educación de 1986 a 1996, siendo el arquitecto de la LOGSE (Ley Orgánica General del Sistema Educativo) aprobada en 1990.


La Ley Orgánica de la Educación (LOE) tiene unos principios básicos entre los que se encuentra la exigencia de proporcionar una educación de calidad a todo el mundo, primando siempre la igualdad de oportunidades para que todas las personas puedan desarrollar sus conocimientos lo máximo posible. Sin embargo, este principio se ve dificultado debido a las características del contexto familiar de cada alumno que impiden el logro de esa igualdad.
Tras numerosas investigaciones generalmente usando variables simples, se ha averiguado que: “Las diferencias de rendimiento en función de este factor (nivel socioeconómico), llegan a ser de unos 80 puntos entre quienes provienen de un contexto con bajo o alto nivel socioeconómico” (Gil Flores, 2013).
El factor socioeconómico está íntimamente relacionado con el rendimiento, pero esto no quiere decir que un alumno con un bajo estatus socioeconómico tenga siempre un rendimiento escolar bajo, ya que es necesario resaltar que “el adecuado desarrollo de los jóvenes requiere de un capital económico y también de un capital humano” (Coleman, 1988).
Unido al nivel socioeconómico de las familias se encuentran los estilos de vida. Éstos abarcan aspectos funcionales de la familia, las relaciones entre sus miembros, las actividades que realizan o las actitudes, lo que forman el conocido como “capital social”.

Respecto al nivel sociocultural, podemos contemplar que no solo afecta a los alumnos, sino que también el funcionamiento y la organización de la escuela, y las relaciones de los profesores con las familias y los alumnos, se ven afectadas.
A esto,  Marchesi (2003) le añade la afirmación de que:
“Un capital cultural enriquecido puede tener escasa incidencia en el progreso educativo de los hijos. Por el contrario, los padres con escaso capital escolar pueden tener una mayor influencia por el tipo de relaciones que mantienen con sus hijos, lo que les ayuda a alcanzar una buena escolaridad”.


 “Un número reducido de variables contribuye a la simplicidad y aplicabilidad del índice que se construye a partir de ellas” (Eisminger et ál., 2000).
Esta afirmación no podemos confirmarla puesto que cuantas más variables se trabajen, mayor será la propiedad con la que podremos hablar y mayor será la fiabilidad de las conclusiones que obtengamos. Lo que está claro es que cuantas más variables se quieran tratar, mucho más difícil y costoso va a ser el trabajo.
Sin embargo, la esencia está en saber cómo trabajar las variables con el fin de hacerlas lo más relevantes posibles.  Un ejemplo de ello son las preguntas que se hacen en los cuestionarios para trabajar las variables; éstas no son siempre destinadas a los alumnos, sino que también hay preguntas para los familiares.
Esto se debe a que la validez de los datos que proporcionan los niños está condicionada por la edad que éstos tengan, “cuanto menor es la edad de los escolares, menos se ajustan a la realidad las informaciones que aportan sobre las características de sus familias”. (Looker, 1989).
Pero centrarnos solo en las soluciones de los familiares también trae problemas. Está claro que hay datos, información, que es difícil que los alumnos y alumnas conozcan, pero hay que tener en cuenta que muchos familiares no revelan información sobre algunos temas, como por ejemplo los ingresos económicos.


Para conocer los aspectos socio-familiares más importantes que influyen en el rendimiento escolar, lo primero que hay que tener son unos indicadores del rendimiento escolar de los niños. Para ello se tienen en cuenta tres competencias básicas: competencia matemática, competencia lingüística y competencia científica.
Una vez que poseemos esa información, ya podemos focalizar nuestra atención en los aspectos socio-familiares más importantes que influyen en el rendimiento escolar de los alumnos.
Índice socioeconómico y cultural (IESC) como factor que influye en el rendimiento de los niños y niñas.
-      +  Nivel educativo de los padres
-      +  Nivel ocupacional de los padres
-      +  Ingresos de los padres
-      + Recibimiento de becas.
-       + Frecuencia de viajes
-       + Valor del hogar, coches…
-       + Recursos domésticos / equipamiento del hogar:
o    Lugar adecuado para el estudio
o    Número de libros en el hogar
o    Disposición de: ordenador/es, conexión  a Internet, televisión/es, materiales de consulta y apoyo,…
Dentro de los aspectos que se quieren conocer hay algunos que lo único que nos indican es el nivel económico promedio que tienen las familias (valor de la casa o los coches que se tienen). Sin embargo, lo que realmente nos interesa conocer son los elementos relevantes en la realización de tareas escolares (número de libros, conexión a Internet…)

Además de estos aspectos más centrados en las familias, también quiero destacar que el rendimiento escolar se ve afectado por otro tipo de variables:
-       + Sistema educativo
o    Gasto público
o    Formación e incentivación de los profesores
o    Tiempo de enseñanza
o    Flexibilidad del currículo
-       + Centro Docente
o    Cultura
o    Participación
o    Autonomía
o    Redes de cooperación
-       + Aula
o    Estilo de enseñanza
o    Gestión del aula y sus recursos
-    + Y por supuesto no hay que olvidarse del propio alumno, su disposición, su interés, su capacidad, su participación, su esfuerzo… A primera vista, puede parecernos que las características de los alumnos no son una dimensión a tratar dentro de los aspectos socio-familiares más importantes que afectan al rendimiento escolar, sin embargo, no podemos olvidar que el propio alumno en sí, se ve en gran medida condicionado por su entorno social, su vida familiar y su experiencia educativa.

Marchesi (2003) afirma que:
“La influencia del contexto sociocultural en la educación obligatoria es especialmente importante en los alumnos que están situados en el contexto bajo. En el resto de los contextos, en los que pueden situarse el 75% de los alumnos, las diferencias son mucho más reducidas. En ellos, el interés de las familias y su dedicación junto con la acción escolar reduce el impacto de las diferencias económicas y culturales que de hecho existen”.



Y antes de terminar, quiero destacar especialmente estas citas porque merecen una breve reflexión:
Gil Flores (2010) avisa de que:
“La detección de situaciones de desventaja es el primer paso para intentar paliar desde la escuela los efectos negativos que la situación socioeconómica tiene en el rendimiento escolar y contribuir de ese modo a suavizar los obstáculos a una igualdad de oportunidades real en nuestro sistema educativo”.
“Avanzar hacia una distribución equitativa de las oportunidades educativas entre los alumnos nos llevará a incrementar el grado de aprovechamiento del potencial de todos los estudiantes, evitando la pérdida de capital humano en nuestras sociedades, y a lograr un sistema educativo más justo”.

Estoy totalmente de acuerdo con lo que Javier Gil Flores dice, pero a esto Álvaro Marchesi también añade algo que merece un  análisis. 
Después de todo lo que hemos visto, queda claro que hay numerosos aspectos y variables que afectan al rendimiento escolar, pero conocer esto puede ir acompañado de una equivocación (que no puede cometerse) dentro de los responsables de la educación y los equipos docentes:
“Existe el riesgo de que los responsables de la educación y los equipos docentes evadan su responsabilidad buscando las causas del fracaso en factores externos a la educación: la sociedad, la familia o la disposición del alumno” (Marchesi Ullastres, 2003).



BiBLIOGRAFÍA
-          -    Coleman, J. S. (1988). Social Capital in the Creation of Human Capital. American Journal of Sociology, 94, 95-120.
-      -  Coleman, J.S. et al. (1966), Equality of educational opportunity. Washington D.C. US: Government Printing Office.
-       -  Ensminger, M. E., Forrest, Ch. B., Riley, A. W., Kang, M., Green, B. F., Starfield, B. y Ryan, S. (2000). The Validity of Measures of socIoeconomic Status of Adolescents. Journal of Adolescent Research, 15 (3), 392-419.
-          -  Gil Flores, J. (2013). Medición del nivel socioeconómico familiar en el alumnado de Educación Primaria. Revista de Educación, (362), 298-322.
-         -  Looker, E. D. (1989). Accuracy of Proxy Reports of Parental Status Characteristics. Sociology of Education, 62, 257-276.
-          -  Marchesi Ullastres, A. (2003). El fracaso escolar en España. Fundación Alternativas: Madrid.
-       -  Risso Migues, A., Peralbo Uzquiano, M. y Barca Lozano, A. (2010). Cambios en las variables predictoras del rendimiento escolar en Educación Secundaria. Psicothema, 22(4), 790-796.

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