Mourinho es ese tipo de entrenador del que se esperaba
mucho, pero mucho bueno y poco malo.
Cuando Mourinho llegó al Madrid hace 3 temporadas todo era
muy bonito y nada de lo malo nos importaba. Lo que nadie sabía es que tres años
después y, sobre todo, muy pocos títulos después Mourinho iba a volver al Chelsea, saliendo
de Madrid por la puerta de atrás.
Mou ha cometido miles y miles de errores, pero si hay uno
que lo define es la suplencia de Casillas. El portero madrileño pasó de merecer
un puñado de balones de oro a ser el suplente de Adán y, posteriormente, de
Diego López. Pero el problema no es la suplencia del capitán, ni tan si quiera
que haya cambiado de opinión sobre él en tan poco tiempo, el principal problema
ha sido que esa suplencia no ha venido por desméritos profesionales, sino por
motivos personales.
Según Mou, aunque textualmente no lo ha dicho, Casillas es
el que ha filtrado toda la información interna del club y eso para un
entrenador (tampoco hace falta ser un entrenador Top) es algo imperdonable.
Pero más allá de ese posible "topo" al que a cada
cual dejo su libre opinión, se encuentran los pocos títulos obtenidos en
Madrid.
Yo, me considero mourinhista. Pero eso no quiere decir que
no crea en Casillas ni que piense que no es el mejor portero del mundo, algo
que últimamente parece que la gente no puede llegar a comprender.
Para mí, lo que mata a Mou son sus pocos títulos, el no
conseguir la obsesión de la décima (porque ya es una obsesión y no un deseo).
Ese, y no otro, es el principal motivo por el que el Madrid no va a seguir
teniendo a uno de los mejores entrenadores del mundo.
La gente que crea que Mourinho no estaría más tiempo en el
Madrid si hubiese ganado la décima está ciega. Podéis creer que el Madrid ha
echado a Mou, pero fue, es y ha sido él, el que en todo momento ha llevado el
mando de la situación.
Si hubiese ganado la décima, Florentino (que no quería
prescindir de él, pero no le ha quedado más remedio) hubiese movido cielo y
tierra para evitar la “no fuga” del portugués. Pero entonces, ¿qué creéis que
hubiese pasado?
Os lo digo yo. Lo de siempre. Mou hubiese elegido si se
queda o si se va, como ha hecho siempre.
Pensándolo tranquilamente, recapacito y me hago, y os hago
la siguiente pregunta: ¿El madridismo quiere ganar títulos, o prefiere ver a
Casillas en el 11?
No es que eso sea incompatible, de hecho, todas las finales
que jugamos con Iker las ganamos (lo que quiere decir que muy malo no debe ser).
Pero dado el caso, ¿qué pensaría el madridismo?
Uno de los problemas a los que se enfrenta todo entrenador
del Madrid es que sabe que el poder del vestuario nunca va a ser suyo al 100%.
En Madrid es imposible, sí, imposible, que el entrenador
sea el jefe, el único que manda en la plantilla. Algo que en la capital se
entiende como lógico, pero que cualquier persona con dos dedos de frente podría
darse cuenta de que eso es ridículo en el mundo del fútbol que, aunque no queráis
daros cuenta, es un deporte de competición (hablamos del fútbol de élite) y
por lo tanto tienen que competir siempre los mejores. Porque en el fútbol no
importa, o no debería importar, lo bueno que hayas sido o lo bueno que puedes
llegar a ser. Lo que realmente importa es lo bueno y lo competitivo que eres
ahora, en los 90’ que va a durar el partido. Esta negación a darle el poder al
entrenador es un hecho más que comprobado. ¿Acaso alguien cree que algún
entrenador de los que puede llegar ahora al Madrid va a tener mayor poder que
el que ha tenido el portugués?
Eso será muy muy complicado porque a Mourinho se le dió mucho
poder (más que a ningún otro entrenador), pero ya veís como ha acabado todo.
En Madrid existen jugadores intocables que, digamos lo que
digamos, no pueden ser cuestionados. Yo he llegado a oír, que Casillas al 50%
sigue siendo el mejor portero del mundo. Pero señores/as, ¿están ustedes locos
o qué les pasa? Casillas es el mejor portero del mundo, pero
lo es al 100% y, si Casillas no está a tope, es normal y lógico que no sea
titular (más aún cuando Diego López lo suple de una manera excepcional).
Mourinho ha caído mal, muy mal. Mal en Madrid y mal en
Barcelona. Lo primero, para gustos, los colores. Pero lo segundo, al menos
desde mi punto de vista, es tan lógico como que cuando un jugador no rinde al
100%, otro tarde o temprano ocupará su puesto.
“Mou ha hecho mucho daño al fútbol español”, decía Iniesta.
Al fútbol español, no lo sé, pero al catalán y a Cataluña, ese pequeño país de
por ahí arriba del que tanto hablaba don Pep Guardiola, sí le ha hecho daño, y
además mucho. Mourinho ha sido capaz de en 3 años crear un equipo capaz de
plantar cara al mejor Barcelona de la historia y a uno de los candidatos a
mejor equipo de la historia del fútbol, que se dice pronto (yo, junto a la
Selección y hasta ahora, sí es lo mejor que he visto). En 3 añitos, el Madrid
ha sido capaz de ser competitivo y de frenar a un Barcelona que estaba
imparable. Y la despedida del portugués es que en los últimos 5
enfrentamientos, el Barça no se ha llevado ninguno (incluso jugando sin presión
porque la Liga ya la tenían ganada desde Diciembre).
¿Entendéis ahora un poco mejor el odio que se tiene hacia
Mou en Barcelona?
El odio de Madrid ya es
otra cosa. Ya sabéis estos periodistas que creen saberlo todo y luego son
personas normales y corrientes como tú, o como yo, e incluso mucho peores que
nosotros.
Por esta línea también quiero decir otro de los fallos que
más le he visto a este Madrid de Mou (y de muchos otros entrenadores
anteriores).
El Madrid se ha vuelto un club muy competitivo que ha ido
mejorando por y para plantar cara al Barcelona. Eso lo hemos conseguido, pero
el Barça se acaba de colgar una Liga de 100 puntos sin sufrir lo más mínimo. El
Madrid es un club grandioso que siempre debe aspirar a todo. Pero para aspirar
a todo no basta con decirlo, hay que demostrarlo. Y el Madrid ha habido momentos
en los que no ha jugado a nada. Demasiados momentos bajo mi punto de vista. Y
no confundan no jugar a nada con no tener un 80% de posesión. El fútbol es un
arte, y no hay una sola manera de practicarlo. Eso es algo que la gente se
niega a entender, aunque es lógico viendo los éxitos del Barcelona y de la
Selección donde ambos estilos se basan en la posesión.
El Madrid es un equipo que ha jugado al contraataque.
Posiblemente, tiene el contraataque más rápido y letal del mundo. Pero hay que
diferenciar entre tener un estilo de juego basado en el contraataque rápido y
la llegada en pocos toques al área rival, y el jugar sólo haciendo
contraataques.
Esto último se ha visto reflejado en muchísimos partidos en
los que el rival le daba la pelota al Madrid con la total certeza de que
tapando bien a Xabi, no sabría crear ningún peligro. Los equipos que entregan
la pelota al Madrid y le han dejado jugar, muchas veces han salido vivos. El
Madrid en muchas ocasiones, no siempre, no ha sabido tener la templanza ni la
capacidad de tocar tranquilamente el balón hasta buscar el momento preciso para
meter un gol. Nadie ha sido capaz de decir: “aquí estoy yo, dadme la pelota y
vamos a pausar el juego”. No sé si por falta de jugadores con esa virtud
(aparte de Xabi) o por cualquier otro motivo.
Y este problema en el juego del Madrid con poca movilidad y
un ataque estático ante una defensa rocosa y con muchas ayudas de los
mediocentros, ha sido un problema deportivo importante del Madrid de Mourinho.
Pero eso parece no importarle a casi nadie. Y es una pena, porque en el fútbol
es básico tener las ideas claras y saber elegir siempre las mejores opciones de
acuerdo a la situación y a los jugadores (esto es tan fácil de decir y de
imaginar, como difícil es llevarlo a la práctica en la realidad).
El objetivo principal de Mourinho ha sido unir al club en
torno a un objetivo común: hacer del
Madrid un gran club en el que todos respetan su papel y saben donde están los
límites de su poder. Por ejemplo, ya tuvo enfrentamientos con Valdano por
interponerse en su camino y al final logró su desvinculación del club.
Pero al final, por unos motivos y otros, no ha logrado ese
objetivo. La gente puede pensar que ha fracasado, pero lo que yo creo es que a
Mou, no le han dejado lograr sus objetivos y si le hubiesen dejado,
posiblemente otro gallo nos cantaría ahora.
Y volviendo a lo de antes, cuando la gente sea capaz de
entender que el Madrid, aparte de una institución enorme, es un equipo de
fútbol en el que el entrenador, el cuerpo técnico y los jugadores de la
plantilla son los máximos “jefes”, se empezará a disfrutar del buen fútbol. A
un entrenador hay que darle libertad para que haga y deshaga a su manera, pero
siempre respetando una serie de valores.
Es ahí donde llega otro de los problemas, ¿ha respetado Mou
todos los valores que definen al Real Madrid?
Pues no, probablemente no
siempre. Recordamos el dedo en el ojo a Tito (o Pito como decía él), los
papeles contra los árbitros, el enfrentamiento contra periodistas en las ruedas
de prensa…
Pero eso es otra cosa que la gente no entiende. Os negáis a
aceptar que si Mou se va es porque no ha rendido deportivamente (no hay décima). Y digo que no ha rendido deportivamente refiriéndome a los títulos ganados (que al final es lo único importante se diga lo que se diga), porque a esas personas que dicen que el Madrid de Mourinho nunca ha jugado a nada les invito a ver tramos de la famosa Liga de los 100 puntos y los 121 goles a favor. Ese Madrid era letal y sabía a lo que jugaba, esa fue, sin duda, la cumbre de la etapa de Mou. 121 goles se dicen muy pronto y la verdad que, para ser un equipo que sólo juega a defender y que según muchos iluminados no sabía atacar ni "morder" los partidos, no está nada pero que nada mal. Porque es cierto que importa el cómo ganar pero, para que importe el cómo, primero debe haberse ganado. Es una relación directa: a más títulos ganados más importará el cómo se ganan. Pues si no se gana nada, no hay cómo que valga.
Aún podría escribir mucho más porque 3 años con "the special one" dirigiendo a un equipo tan grande como es el Real Madrid dan para mucha reflexión y mucho análisis. Pero voy a terminar diciendo que si Mourinho pasa a dos de las tres
finales de Champions en las que se ha quedado en las puertas, y después,
lógicamente, las gana, en Madrid nadie hablaría, nadie diría nada y todo
volvería a ser muy bonito. Nada de lo malo importaría entonces, porque todo lo
bueno lo compensaría.
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